Autor: Ezequiel Blanco Hechavarría
El estrés se ha convertido en uno de los asuntos más comunes de los nuevos tiempos, donde parece que las veinticuatro horas del día son insuficientes para seguir montado en el “tren de la vida”. Así que algunos sienten el deseo de bajarse en la primera estación, otros quieren correr desenfrenadamente al lado del “tren”, pensando que pueden ir más rápido, hay quienes eligen ver todo lo que hay en cada estación, mientras que otros optan por escoger las paradas donde “echarán un vistazo”.
Hace unos cuantos años, un hombre estaba apacentando las ovejas de su suegro cuando de repente percibió, a lo lejos, una zarza que ardía, pero no se consumía. Su curiosidad le llevó a investigar lo que pasaba. Él quería saber por qué causa la zarza no se quemaba, este hombre era Moisés (Éxodo 3). Al acercarse, descubrió que la causa de tal visón era la presencia de Dios en medio de aquel arbusto. Refiere la Biblia que aquel varón sintió miedo de mirar al Señor, mas este temor se reforzó luego que Dios le diera la noticia de que él iba a ser el encargado de sacar al pueblo de Israel de su cautiverio en Egipto. Moisés expuso argumento tras argumento ante Jehová para tratar de eludir la tarea, pues no se sentía capaz de realizarla; estaba viviendo una situación muy estresante para él. Sí, aquel varón de Dios… ¡estaba estresado!
No hay dudas de que el hecho narrado, en cuanto a lo que experimentó Moisés, no es ajeno para muchos. Tal vez no en las mismas circunstancias, pero cuántas situaciones estresantes pueden darse en la vida de una persona y su familia: los afanes de la vida, la celebración de un cumpleaños, el día de la boda, la llegada de los hijos, las enfermedades, una mudanza, las presiones laborales, la jubilación, el desempleo, el surgimiento de un conflicto con otra persona o varias, etc. Muchas son las razones por la que alguien puede sentir y expresar que está estresado, pero, ¿qué es el estrés y por qué causa ocurre? ¿Será siempre algo malo? ¿Cómo poder prevenirlo o manejarlo para mitigar sus efectos? De seguro estas interrogantes despiertan la curiosidad y el ánimo para ahondar en el asunto.