CRÓNICAS DE UNA SEMILLA (I)

MORIR Y NACER DE NUEVO

Autor: Ezequiel Blanco Hechavarría

Hace unas semanas alguien me enterró, me puse muy furiosa, que manera de tirarme tierra encima y para colmos el hueco comenzó a llenarse de agua, veía pasar a mi lado a gusanos y lombrices y yo sin poder moverme. Lentamente sentía que mis fuerzas me abandonaban, estaba muriendo; de repente comencé a sentir un malestar extremo en todo mi cuerpo, hasta que no pude más y desfallecí de dolor; al menos es lo que recuerdo, no puedo borrar de mi mente que literalmente sucumbí. Pero hace apenas cinco días inexplicablemente volví a abrir mis ojos, quedé estupefacta al sentir el empuje que tenía. No doy crédito a lo que veo, ahora me levanto por sobre la tierra con este cuerpo fino y leñoso que siento se estira por segundos.

Descubrí que el agua me hace bien, pero se está acabando, cerca veo una fuente, siento que puedo alcanzarla estoy excitada; ¿de dónde salieron estas cuerdas robustas que me han crecido en la parte inferior?, “no es hora de pensar tienes que correr”, me digo una y otra vez; me ayudo con estos brazos que tampoco sé de donde salieron, pero es en vano, estas cuerdas se afirman cada vez más en la tierra, volveré a morir aquí plantada. Miro a mi alrededor, veo que hay otras como yo, les grito ¡ayúdenme! Mas descubro que ellas también tratan de llegar infructuosamente al manantial, estamos condenadas. Echo otra mirada desesperada ¡esto es insólito!, a lo lejos hay otras más grandes que tampoco se mueven, pero ríen sin parar, serán locas ¡no se dan cuenta de que vamos a sucumbir! 

Cierro los ojos, me entrego a mi suerte, un pensamiento inunda mi mente, ¡voy a morir de nuevo! ¿Qué pasa?, ¿y esta oscuridad de dónde viene? ¿Qué es esa silueta que lo cubre todo?, se acerca ¿me irá a aplastar?; y este pensamiento que no me abandona ¡voy a morir de nuevo! No doy crédito a lo que veo, desde la sombra cae un torrente de agua que refresca y nutre lentamente todo mi ser.

Ahora entiendo, soy débil, no dependo de mis fuerzas. No intentaré correr más, sino que aprovecharé todo mi aliento para afirmarme a esta buena tierra con estas cuerdas de amor que me sostienen. Me gozaré mientras espero pacientemente que broten los frutos, debo confiar en Dios, esa silueta es mi esperanza, me da vida, y vida en abundancia.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
  • Iniciar Sesión
  • Registrarme

Accede a su cuenta