La Pedagogía se refiere a “la ciencia de enseñar a los niños” sin embargo existe otro término que es la Andragogía, este es el “arte o ciencia de ayudar a aprender a los adultos”. Como es evidente los intereses de las personas cambian sobre todo cuando se llega a la adultez y esto también afecta en los procesos de aprendizaje. El interés del adulto ya no está dirigido hacia alcanzar una buena nota; sino cómo ese aprendizaje afecta la totalidad de su vida.
A continuación, te ofrecemos 4 elementos que resumen algunos elementos de la Andragogía:
Relevancia y uso inmediato. El interés del adulto se concentra en lo que tiene relevancia para su ahora, es decir aprende mejor cuando el conocimiento adquirido es de uso inmediato. Su motivación está orientada al cumplimiento de sus roles y responsabilidades, pues ellos reciben la educación como un proceso de aumento de capacidades. ÉL énfasis no es en lo teórico sino en desarrollar destrezas y habilidades prácticas.
Experiencia de Vida. Las experiencias de vida de los adultos es un recurso principal de aprendizaje que debe ser valorado, donde es importante reconocer que ellos son sujetos y no objetos. No digas lo que puedes preguntar, nunca hagas lo que el/ella pueda hacer, nunca decidas lo que él/ella pueda decidir.
Involucramiento. Los adultos necesitan ser involucrados en su proceso de aprendizaje, “HACIENDO” aprenden mejor y se sienten responsables de su propio aprendizaje. Permite que sean parte del proceso, que trabajen en grupos y que el aprendizaje sea participativo (activo e interactivo).
Seguridad y respeto. Los adultos necesitan ser tratados como adultos dentro de un ambiente de seguridad y de respeto. La enseñanza debe comenzar creando un ambiente de mutua confianza y un ambiente de cooperación.
“A veces inconscientemente asumimos el rol de profesor-estudiante similar a la de adulto-niño en vez de ver la relación adulto-adulto en el proceso de aprendizaje”
Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 1 Corintios 13:11